lunes, 29 de septiembre de 2014

Los componentes de... La Isla

¡Me toca!

Esto marcha, ya llevamos una ronda entera. Hoy os voy a hablar un poco de los componentes del último juego que ha sacado el señor Stefan Feld. Bueno, él no lo ha sacado, lo ha sacado Ravensburger en su serie Alea en caja de tamaño medio. Estamos hablando de La Isla.

Tanta madera, papel y plástico que a Ecoembes le daría un yuyu.
Tengo muchos sentimientos enfrentados con Alea. Tiene juegos que se encuentran entre mis favoritos, pero tiene calidades como la de un piso piloto de promotora viejuna en plena burbuja. Es como si les costara echar un poquito más de cartón a la máquina de hacer cartones, dándole un grosor a sus componentes que da una sensación de estar jugando con un recortable de la publicidad de colonia que vienen en medio de las revistas.

Pero parece que los tiempos están cambiando, pero no del todo. Si comparamos el grosor de las losetas de Macao, Castillos de Borgoña, Notre Dame con las de Bora Bora o con los casinos de Las Vegas, nos encontramos ante un cambio significativo en cuanto a la calidad del cartón, lo cual es muy de agradecer.

¿Cómo se ha portado Alea esta vez? A mi parecer, muy, pero que muy bien, y muy generosa, con un par de peros. Tenemos, por un lado, el losetón central y las piezas del tablero que son de un grosor como no he visto nunca en un juego de Alea. 

Cartonaco der güeno.

Pero por otra parte, tenemos el grosor de los tracks de investigación de cada una de las distintas especies, que es el mismo que el de los "sujetacartas" y de las tarjetas de ayuda.

Más fino incluso que los tableros del Castillos de Borgoña (aunque seguro que es el mismo, pero comparado parece peor)
He aquí entonces el primer pero. ¿Qué hubiera costado hacer este tablero de otro tipo de grosor? Por ejemplo, del mismo que las losetas que hace en todos los juegos.

Lo traigo gordo, lo traigo fino
Y tras el tema de los grosores de los tableros, aquí llega el segundo pero. ¿Miniaturas de plásticazo?¿Ahora Alea edita ameritrashes? El único plástico que había visto en un Feld hasta ahora eran las peanas del Luna. Nos encontramos con el primer Dungeon Feld.

Exploradores en una isla, guerreros y magos en una mazmorra...to lo mismo.
Bromas aparte, no es nada agradable el tacto de las figuras y son un poco endebles. Nada preocupante pero donde estén unos meeples que se quiten estos bichos. Será por darle tema...o por costes, que de eso hablaremos luego. 32 criaturitas de estas (8 por jugador) vienen incluidas.

Y ya no tengo más peros, lo que llega a continuación es una delicia a mi parecer

El inserto mola un puñao. Podrían haberlo puesto blanco pero no. Y encima no es inútil porque cabe todo justito.
Cuando vacías la caja y se te queda un poco cara de oler ...erh... a cartón mirando con recelo el tablero-hoja se te pasa un poco al ver este detalle.

Luego, podrían haber hecho unos tableritos indicando las fases y las cartas que te dan acciones... pero no, utilizan unos card holders muy muy funcionales que tienen pinta de romperse con mirarlos (es del mismo grosor que el tablero-hoja, pero que bueno, se agradece mucho la idea de innovar y no poner un simple tablero.
Las tres habilidades especiales que tendrás hasta que tapes una de ellas en el siguiente turno.
Terminamos con el cartón de los componentes analizando el cartón de las losetas de animalicos. Excelente, del mismo grosor que el tablero central y con 5 losetas que no se utilizan para nada y que sirven de recambio... podrían haber hecho como Asylum con el león de Banjooli Xeet y haberles dado otra utilidad más adelante. Pero bueno, tampoco es cosa de pedir por pedir.

¡Hazte con todos!
Pasamos a la madera, porque aquí, si, euroamigos míos, también hay madera. En concreto 5 trócolos para subir los tracks de conocimiento y 60 cubitos de colores. La lista de componentes sigue creciendo.
Se supone que son té, café, y ... bueno, eso, cubitos de colores..
Y me quedan las cartas. 180 cartas totalmente distintas y que valen para muchos motivos. Que encima, van separadas en dos mazos, uno de 120 para la versión de iniciación (con acciones más simples) y 60 para hacerte combos más gordos y elaborados. El grosor de las cartas además, es muy bueno sin llegar a ser tope de gama.
¿Te has quedao con hambre?¿Te frío una neurona? Si es que no me comes ná..
Así que terminando, La Isla tiene un gritón de componentes de todos los tipos para los 20€ que cuesta de salida. Y en una caja pequeña que cabe en cualquier sitio sin necesidad de tener aire.
Al queco de plástico no sabe la de pirulos por la isla que se le vienen encima. Ríete tú, John Locke.
Y encima el juego es ligerito y mola un puñao, subiendo peldaños en mi top de juegos de Stefan Feld. Aunque tampoco te pienses que vas a estar explorando una isla, por mucha miniatura que veas.

¡Te toca iMisut!

3 comentarios:

  1. Esto es como con todo. Habrá que ver que decisiones se toman a la hora de definir los materiales a usar en un determinado producto, pero no termino de comprender como, dentro de un mismo juego, puedes tener calidades supremas y calidades waltrapas :P

    Independientemente de eso... quiero una copia!!!

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  2. A mi ya me ha convencido, juego ligero pero muy entretenido. No le tenia en el punto de mira, pero una partida y vuelvo al redil de Feld....

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  3. Yo creo que lo que se dice de broma de "Se han dejado todo el dinero de producción en el grosor de las cartas..." es cierto

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